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Estilos de aprendizaje: ¿Mito o realidad?

“Los mitos son sueños públicos, los sueños son mitos privados”. - Joseph Campbell, mitólogo

Sin duda habrás escuchado muchos mitos a lo largo de tu vida. Algunos muy antiguos, por ejemplo el continente perdido de la Atlántida. Otros, más recientes, como la famosa regla de los cinco segundos, que determina que la comida que cae al piso no se contamina si es recogida antes de cinco segundos.

Así que querrás pensar dos veces antes de comer el pedazo de chocolate que se cayó al piso. ¿No se contaminó técnicamente en el momento en que abriste el paquete y entró en contacto con el aire y tus manos? ¡Buen provecho!

La sociedad está llena de mitos. Como seres humanos, nos encontramos con ellos casi a diario. La gran mayoría son inofensivos, como los mitos históricos, incluso es muy interesante escucharlos. Sin embargo, algunos pueden ser bastante problemáticos si las personas los toman como doctrinas.

Uno de esos mitos es sobre los diferentes estilos o tipos de aprendizaje (tu forma preferida de aprendizaje que te proporciona los máximos resultados). Este artículo discutirá por qué es completamente improbable, las razones de su persistencia incluso en el siglo XXI y su impacto en el aprendizaje.

Contenidos
  1. ¿Mito o realidad?
    1. Falta de evidencia
    2. Problema multifactorial
  2. ¿Por qué persiste el mito?
    1. Falta de conocimiento
    2. Conocimiento oculto
    3. Naturaleza humana
  3. Implicaciones
  4. Puntos clave
  5. Bibliografía
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¿Mito o realidad?

Los “estilos de aprendizaje” son una categorización subjetiva según la cual las personas obtienen mejores resultados de aprendizaje si aprenden de cierta manera. Lo más probable es que hayas oído hablar de los llamados estilos de aprendizaje visual, auditivo y kinestésico (o cinestésico). Tal vez, como cuando aprendiste tu signo zodiacal, incluso te enmarcaste en una de estas categorías y estructuraste tu aprendizaje para encajar en esa etiqueta. Desafortunadamente, es uno de los mitos más creídos en torno al aprendizaje. De hecho, en promedio, más del 95% de los educadores en todo el mundo confían en este “neuromito” y han moldeado su enseñanza de acuerdo con esta práctica. Entonces, ¿qué hace que los "estilos de aprendizaje" sean totalmente improbables?

Falta de evidencia

Para que cualquier cosa sea considerada “real”, su existencia tiene que ser demostrada y probada. Es cierto, esto también se aplica para Papá Noel y el hada de los dientes. ¿Cuál es la forma universalmente aceptada de lograr esto? la ciencia. Sin embargo, no es una tarea fácil llevar a cabo estudios científicos independientes, objetivos e imparciales. Por lo tanto, varían en un amplio espectro de calidad, desde los dignos del Premio Nobel hasta los cuestionables. 

Desafortunadamente, los estudios que tratan sobre los estilos de aprendizaje caen en la última categoría y hay muchos de ellos. Según los expertos en psicología del aprendizaje, estos estudios tienen fallas fundamentales en su diseño, como se explica a continuación:

  • La correlación no implica causalidad: esta creencia es la trampa más mortal de la ciencia y las estadísticas. El hecho de que una persona autoidentificada como "aprendiz visual" memorice y comprenda mejor un tema a través de métodos de enseñanza ilustrativos como imágenes y diagramas, no significa que esta sea la mejor y única forma en que puede codificar la información. Podría aprender con la misma facilidad usando otros métodos, por lo que es incorrecto sacar conclusiones de tales datos. Además, es incorrecto decir que los resultados del aprendizaje están correlacionados o incluso son dependientes del estilo de aprendizaje, ya que esto es subjetivo para la persona. Por ejemplo, si prefieres estudiar con cifras y el único material que se te proporciona son las notas, puedes entender la desmotivación que llegas a tener al estudiar. Por esto, tus resultados de aprendizaje pueden verse obstaculizados. Puedes ver cómo el método de aprendizaje en sí no cambiaría los resultados del aprendizaje, pero sí tu voluntad de aprender usando este enfoque. El hecho de que prefieras aprender de cierta manera no implica que este enfoque en particular produzca resultados diferentes a los de otro, simplemente estás cerrando puertas a utilizar otras estrategias de aprendizaje.
  • Diseño experimental incorrecto: es imposible obtener datos científicos confiables, imparciales y objetivos de un experimento diseñado incorrectamente. Esto es un problema que afecta a casi todos los estudios sobre estilos de aprendizaje. Si tu cena es preparada y cocinada de manera inadecuada, el resultado es un mal sabor. El enfoque correcto sería clasificar a las personas en categorías y asignar aleatoriamente a cada una de ellas a utilizar un método de aprendizaje entre muchas posibilidades. Para respaldar esta afirmación, dichas personas clasificadas de cierta manera, por ejemplo, auditiva, tendrían que aprender mejor utilizando un método que coincida con su clasificación, por ejemplo, escuchando la información. Sólo entonces el estudio puede ser válido. Una gran cantidad de artículos de estilos de aprendizaje en realidad están diseñados correctamente y refutan la validez de los estilos de aprendizaje. Parece que algunos “expertos” solo ven lo que quieren ver…

Problema multifactorial

Supongamos por un momento que sí existen estilos de aprendizaje. La siguiente dificultad sería clasificar correctamente a los alumnos en categorías. Por ejemplo, ¿cómo sabes que eres un aprendiz cinestésico? ¿Empleaste una prueba sofisticada, imparcial y universalmente aprobada o reflexionaste y decidiste por tí mismo? Llevar a cabo cualquiera de estas dos alternativas con precisión es un reto, debido a la naturaleza multifactorial de la decisión.

Los estilos de aprendizaje incluyen muchos elementos como sonido, luz, temperatura, diseño, fortalezas, debilidades, movilidad, hora del día, motivación, persistencia, independencia, impulsividad, etc. En otras palabras, incluye tu personalidad, entorno de aprendizaje y sentimientos en un momento determinado. Si se te pregunta cuál es tu estilo de aprendizaje preferido, es posible que puedas identificarlo al instante. Sin embargo, tu respuesta está influenciada por elementos de la lista anterior que son extremadamente importantes para tí. No eres consciente de los que no te representan, por lo que no los tienes en cuenta y no puedes categorizar tu estilo de aprendizaje correctamente.

Además, pregúntate, ¿un estilo de aprendizaje se desarrollaría biológica o ambientalmente? ¿Qué pasa con los estudiantes superdotados? No encajan en un "cuadro de estilo de aprendizaje" específico. Agrega a todo esto la falta de evidencia científica real discutida anteriormente y terminarás con un escenario tipo "¿qué fue primero, el huevo o la gallina?" y con un interesante debate filosófico. El resultado ciertamente no es un principio que deba seguirse al pie de la letra para enseñar a las generaciones futuras o para que estudies anatomía.

¿Por qué persiste el mito?

El 95% de los educadores que estuvo completamente de acuerdo con la afirmación sobre los estilos de aprendizaje lo hizo en 2014. Así es, no sucedió hace muchas lunas, sino en pleno siglo XXI. El mito no persiste como una nube que está a punto de evaporarse, sino que parece estar profundamente arraigado. No debería ser una sorpresa con tantos artículos basados en criterios científicos incorrectos. Una vez más, si hay tantos, ¿cómo es posible que la gran mayoría de educadores y alumnos no se den cuenta de estos errores? Aquí están las razones:

Falta de conocimiento

¿Recuerdas la primera vez que leíste anatomía? Palabras como cigomaticotemporal y coracobraquial se sentían como si fueran de un planeta diferente. La falta de exposición previa al tema tampoco ayudó.

Los educadores y los alumnos sienten lo mismo cuando se trata de conceptos como neurociencia o cognición. A menos que su área de estudios sea parte del mismo campo, la exposición a dicho conocimiento es muy limitada. Los docentes no están expuestos a la neurociencia en su formación y la brecha entre la terminología/teorías y la comprensión de los no especialistas es extremadamente amplia. Como resultado, es imposible comprender la investigación primaria y refutar un artículo incorrecto o un mito.

Naturalmente, todo mito tiene una pequeña semilla de verdad de la que brotó. Para los estilos de aprendizaje, el mito se basa en que la corteza cerebral tiene varias divisiones, cada una de las cuales desempeña un papel crucial en varios tipos de procesamiento de información. Este hecho es absolutamente cierto, pero la interconectividad del cerebro hace añicos la idea de que un alumno pueda usar predominantemente una división en comparación con otras. Es bastante fácil detectar la posibilidad de confusión si alguien no sabe dónde buscar. Prestar atención a todas tus clases de neuroanatomía al final ayuda, ¿no?

Conocimiento oculto

Aunque muchos artículos estaban mal diseñados, hubo algunos que respetaron los criterios científicos. Estos en realidad refutan la idea de los estilos de aprendizaje. ¿Por qué fueron pasados por alto?

Muchos mitos se propagan porque la evidencia contraria suele ser extremadamente difícil de encontrar. Incluso para los expertos que protegen el mito del escrutinio público, es como buscar una aguja en un pajar. De hecho, la amenaza del escrutinio es extremadamente baja para ideas no comprobables y ya hemos visto lo difícil que puede resultar diseñar correctamente un estudio sobre estilos de aprendizaje. Combina esto con la falta de conocimiento experto o capacitación, y la información se pierde, se malinterpreta o se ignora. ¿El resultado? Una bola de nieve inocente que se convierte en una avalancha, que se derrumba. El mito queda sin freno, se difunde y llega al siglo XXI.

Naturaleza humana

Todos somos humanos, por lo tanto, tenemos prejuicios emocionales, culturales y religiosos. Cada persona quiere creer que es única y especial. ¿Qué mejor manera de lograr esto que creer una idea que apunta a tal individualidad? Al tener un estilo de aprendizaje preferido y un método correspondiente que se adapte extremadamente bien a cada individuo, todos pueden sentirse libres y diferentes a quienes los rodean. Simplemente se siente normal y bueno.

La naturaleza humana también está plagada de sesgos de confirmación, que es el deseo de tener razón o negarse a estar equivocado. Por lo tanto, para que alguien demuestre que tiene razón, busca información que respalde sus creencias e ignora la información que la desafía.

Por último, los humanos tienden a aceptar simplemente una idea muy generalizada, como los diferentes estilos de aprendizaje. Una vez que se propaga entre las personas y su popularidad se dispara, por lo general no se cuestiona. Esto puede suceder incluso entre la comunidad científica, y mucho menos entre los no especialistas. Sería como intentar refutar la teoría de la relatividad de Einstein. ¡Casi nadie piensa en hacerlo!

Implicaciones

Digamos que crees en este mito y posiblemente lo uses a diario. ¿Cuál es el problema si sigues haciéndolo?

En el momento en que te categorizas, instantáneamente limitas tus posibilidades. No puedes distinguir el bosque desde entre los árboles porque te obsesionaste con un solo tipo de aprendizaje. Estás ignorando estrategias de aprendizaje que podrían ayudarte aún más en comparación con la que estás utilizando actualmente. Esto se vuelve especialmente importante si tu método actual no funciona. ¡No mires solo lo que está justo frente a ti, sino hacia el horizonte y expande tus posibilidades!

Hay una alternativa a tener un estilo de aprendizaje específico, que es tener una colección de estrategias de aprendizaje bajo la manga. El hecho de que los estilos de aprendizaje sean un mito es excelente porque ahora puedes aprender de muchas maneras. Un buen punto de partida serían las estrategias de aprendizaje de Kenhub. Lleno de una variedad de métodos, le mostrará cómo procesar la información de la manera en que todos deberían hacerlo; a través de todos los sentidos. ¿Quieres aprender anatomía usando Anki, un libro para colorear o jugando juegos? Tal vez quiera ver el poder del recuerdo activo y cómo empezar a usarlo. ¡Ve y échales un vistazo y crea tu propio arsenal para abordar cualquier tipo de aprendizaje!

En última instancia, no tienes un estilo de aprendizaje específico. No eres un aprendiz visual, auditivo o cinestésico, sino un ser humano individual que puede aprender usando una variedad de métodos. Aprovecha esto y nunca te limites porque en términos de aprendizaje, ¡el mundo es tu ostra!

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