Estás mirando una vista previa. Suscríbete a Premium para acceder al video completo: Visión general de las vías somatosensitivas, que transmiten la información de los receptores sensitivos al encéfalo.
¿Alguna vez te has preguntado cómo es posible que cuando tocas algo, tu cerebro lo percibe casi de inmediato? Si te pones a pensarlo, hay una gran distancia entre la punta de tus dedos y tu corteza ...
Leer más¿Alguna vez te has preguntado cómo es posible que cuando tocas algo, tu cerebro lo percibe casi de inmediato? Si te pones a pensarlo, hay una gran distancia entre la punta de tus dedos y tu corteza cerebral. Entonces, ¿qué ocurre en realidad para que esta información se transmita de una manera tan efectiva?
La sensación del tacto viaja a lo largo de una secuencia de neuronas con axones largos que funcionan como un verdadero equipo de élite, transportando la información de una neurona a otra hasta alcanzar el encéfalo. Este equipo de relevos es rápido; tal vez no como un rayo, pero sí lo suficiente para que este recorrido parezca instantáneo. En este videotutorial, viajaremos junto a las neuronas mientras aprendemos sobre las vías somatosensitivas.
Las vías somatosensitivas comienzan con los receptores sensitivos. Estos captan información sensitiva, que puede ser tanto externa, como el tacto, la presión, el dolor, la temperatura y la vibración, como interna, por ejemplo la propiocepción.
Los receptores sensitivos convierten los estímulos en señales eléctricas, que a su vez generan los potenciales de acción que viajan a lo largo de las neuronas eferentes hacia la médula espinal y el encéfalo. Este recorrido a través del sistema nervioso central puede darse por medio de diferentes vías, dependiendo de las sensaciones que se transmitan.
Si observamos este corte transversal de la médula espinal, podemos ver la sustancia gris en el centro con la sustancia blanca alrededor. La sustancia blanca está compuesta por axones mielinizados ascendentes y descendentes, también conocidos como tractos. Los tractos ascendentes son vías sensitivas que transportan información desde la periferia hacia el sistema nervioso central, mientras que los tractos descendentes viajan en dirección opuesta, transmitiendo información motora.
Existen diversos tractos ascendentes, como el sistema columna dorsal lemnisco medial, ubicado en esta región de la sustancia blanca conocida como el cordón posterior de la médula espinal. También están los tractos espinocerebelosos, los tractos espinotalámicos, así como otros tractos como los espinorreticulares y los espino olivares. Cada tracto es responsable de transportar un conjunto de sensaciones diferentes hacia el encéfalo. Sin embargo, en este tutorial nos enfocaremos en explorar únicamente el sistema columna dorsal lemnisco medial y los tractos espinotalámicos.
Comencemos con el sistema columna dorsal lemnisco medial. Este tracto recibe parte de su nombre debido a su ubicación en el cordón posterior de la médula espinal, que también se conoce como columna dorsal o columna posterior. Por esa razón, a esta vía normalmente se le denomina sistema columna dorsal lemnisco medial, o sistema columna posterior lemnisco medial, que se pueden abreviar como CDLM o CPLM.
Este tracto transporta información relacionada con múltiples modalidades sensitivas. Estas incluyen sensaciones táctiles como el tacto fino, como cuando una mariposa se para en el dorso de tu mano. Está implicado en el tacto discriminativo, que se refiere a la localización táctil, es decir, nuestra capacidad para localizar exactamente de dónde proviene un estímulo. También incluye la discriminación de dos puntos, que es nuestra habilidad para percibir dos puntos de estímulos separados como entidades distintas.
Además del tacto, esta vía transmite las sensaciones de presión, vibración y sentidos de posición, específicamente la propiocepción consciente. La propiocepción consciente implica el monitoreo deliberado de las posiciones de nuestras partes del cuerpo, como las extremidades. Por ejemplo, si estuvieras dibujando en tu escritorio y las luces se apagaran o decidieras cerrar los ojos, de todos modos sabrías que tu codo está flexionado. Esto es la propiocepción consciente y ocurre gracias al sistema columna dorsal lemnisco medial, ¿fácil, no?
Ahora que ya conocemos las funciones de esta vía, revisemos cómo está organizada.
Aquí podemos ver los componentes clave de esta vía, representados como una serie de cortes transversales tomados a diferentes niveles a lo largo del sistema nervioso central. Si comenzamos desde el más inferior, observamos un corte de la médula espinal, en este caso, específicamente de la región cervical que percibe la información proveniente de las extremidades superiores.
Al mirar un corte más inferior como la región lumbar, como te puedes imaginar, este recibe información de las extremidades inferiores. Más superiormente tenemos cortes del tronco encefálico, el bulbo raquídeo rostral, el puente caudal, el mesencéfalo y, finalmente, un corte coronal del giro postcentral, que es la corteza o área somatosensitiva, descrita con una ilustración del homúnculo sensitivo por encima de esta. Pero hablaremos más de esto un poco más adelante.
Es importante que notes que esta vía no consiste simplemente en una sola neurona continua. Más bien, está formada por tres neuronas separadas, conocidas como las neuronas de primer, segundo y tercer orden. Cada neurona transmite información a la siguiente a través de una sinapsis.
Empecemos por las neuronas de primer orden. Como vimos anteriormente, estas neuronas comienzan con los receptores sensitivos, que se pueden encontrar en la piel, músculos y tendones. Estos son mecanorreceptores, responsables de las sensaciones táctiles y de posición. Estas neuronas de primer orden son células sensitivas especializadas conocidas como neuronas pseudounipolares, que constan de un proceso periférico y un proceso central.
La información se transmite a través de este proceso periférico a los cuerpos celulares. El cuerpo celular se localiza en una estructura denominada ganglio espinal, también conocido como ganglio de la raíz dorsal o posterior. Este es un abultamiento situado en la raíz posterior del nervio espinal.
Los procesos centrales de estas neuronas de primer orden ingresan en la médula espinal a diferentes niveles, dependiendo del origen de la información sensitiva. Por ejemplo, la información proveniente de la mano va a entrar en un nivel cervical inferior. Las neuronas ingresan a la médula espinal por medio del asta gris posterior. Aunque entran en la sustancia gris, la mayoría de las fibras no hacen sinapsis aquí, sino que simplemente la atraviesan y pasan a la sustancia blanca, específicamente, dentro del cordón posterior.
El cordón posterior está dividido en dos tractos de sustancia blanca. Estos son el fascículo grácil, ubicado medialmente, y el fascículo cuneiforme, situado lateralmente. El cordón posterior tiene una organización somatotópica y la información proveniente de las partes inferiores del cuerpo, por debajo del sexto segmento de la médula espinal torácica, como las extremidades inferiores, se transmite por medio del fascículo grácil.
Por otro lado, las neuronas que se encuentran por encima del sexto segmento de la médula espinal torácica, como las que transmiten la información del tronco y las extremidades superiores, se encuentra en el fascículo cuneiforme. Desde aquí, las neuronas de primer orden continúan subiendo hacia el bulbo raquídeo. Es importante que notemos que estas se mantienen en el lado ipsilateral de la médula espinal, pero más adelante veremos por qué esto es importante.
En el bulbo raquídeo rostral, ambos fascículos hacen sinapsis en los núcleos de la sustancia gris.
Las neuronas del fascículo grácil terminan en el núcleo grácil, también ubicado medialmente, mientras que las neuronas del fascículo cuneiforme terminan en el núcleo cuneiforme situado lateralmente. En estos núcleos, las neuronas de primer orden forman sinapsis con las de segundo orden, es decir, las terminales presinápticas de las neuronas de primer orden se comunican con las membranas postsinápticas de las neuronas de segundo orden, haciéndoles llegar la información.
Las neuronas de segundo orden que emergen de los núcleos en el bulbo raquídeo son las fibras arqueadas internas. Y aquí es donde se pone interesante. ¡Presta atención! Estas viajan anteriormente y atraviesan la línea media, creando la decusación del lemnisco medial, también conocida como la decusación sensitiva. De esta manera, cruzan hacia el lado opuesto del bulbo raquídeo.
Debido a este pequeño entrecruzamiento, la información sensitiva se procesa en la corteza contralateral. En otras palabras, la información sensitiva del lado izquierdo del cuerpo se procesa en la corteza somatosensitiva derecha, y viceversa.
Después de la decusación sensitiva, las neuronas de segundo orden ascienden por el tronco encefálico contralateral formando el lemnisco medial. La palabra lemnisco proviene del griego que significa “listón” o “cordón”, ya que esta vía en forma de cordón asciende todo el recorrido hasta el tálamo en el diencéfalo.
En su camino al tálamo, la vía continúa a través del tegmento mesencefálico, donde se localiza posteromedial a la sustancia negra. Eventualmente, las neuronas de segundo orden se unen a las neuronas de tercer orden en el tálamo, que contiene los cuerpos celulares de estas mismas neuronas de tercer orden.
El tálamo se considera una estación de relevo sensitivo, clasificando y distribuyendo la información a diferentes áreas del encéfalo. El tálamo comprende numerosos núcleos, pero el único que necesitamos revisar para comprender esta vía en particular es el núcleo ventral posterolateral, que forma una parte del complejo ventral posterior o ventrobasal del tálamo.
Esta estructura de sustancia gris da origen a las neuronas que atraviesan la cápsula interna. Las fibras que transportan información somatosensitiva viajan por medio del tercio posterior del brazo posterior de esta estructura de sustancia blanca, luego de lo cual discurren a través de la corona radiata, finalmente alcanzando su destino en el giro postcentral.
La corteza somatosensitiva se localiza en el giro postcentral del lóbulo parietal. Está formada por las áreas de Brodmann 3, 1 y 2, y también se conoce como el área somatosensitiva 1 o primaria. Posterior a esta se encuentra el área somatosensitiva de asociación, compuesta por las áreas de Brodmann 5 y 7. El área somatosensitiva de asociación es importante para el procesamiento más profundo de la información sensitiva, ya que recibe señales de entrada de la corteza auditiva y visual.
Sin embargo, cuando hablamos de la corteza somatosensitiva, por lo general nos referimos al área somatosensitiva primaria en el giro postcentral. Este se encuentra organizado somatotópicamente en lo que conocemos como el homúnculo sensitivo que podemos ver aquí.
Las diferentes partes del cuerpo están representadas en la porción de la corteza donde son procesadas, y cuanto más sensible sea una parte del cuerpo, mayor será su representación en la corteza en este dibujo. Por ejemplo, los labios y los dedos de la mano. La sensación de áreas como los pies se transmite a través del fascículo grácil hasta la cara medial de la corteza, mientras que la información de las manos llega por medio del fascículo cuneiforme hasta esta área de aquí, en la cara anterolateral.
Tal vez ahora el nombre tan largo de esta vía tenga un poco más de sentido. El cordón posterior es donde se localizan estas fibras en la médula espinal y el lemnisco medial comienza en el bulbo raquídeo y llega al tálamo.
A continuación, tenemos los tractos espinotalámicos.
Tenemos dos tractos espinotalámicos que debemos revisar. El tracto espinotalámico anterior transporta las sensaciones de tacto grueso y no discriminativo así como la presión, mientras que el tracto espinotalámico lateral transmite las sensaciones de dolor y temperatura. Y bueno, estos tractos se ven muy similares al sistema columna dorsal lemnisco medial. También presentan tres segmentos compuestos por neuronas de primer, segundo y tercer orden. Pero, desde luego, tiene que haber algo diferente, así que echemos un vistazo más de cerca para descubrir qué los hace especiales.
Una vez más, nuestro viaje comienza con los receptores sensitivos que transmiten información por medio de las neuronas sensitivas hacia los ganglios espinales, desde donde las neuronas de primer orden entran a la médula espinal. Al entrar en la sustancia gris, estas neuronas pueden ascender o descender unos cuantos niveles vertebrales, y la mayoría de las neuronas de primer orden hacen sinapsis con las de segundo orden en múltiples láminas de la sustancia gris de la médula espinal, incluyendo la sustancia gelatinosa.
Desde aquí, las neuronas de segundo orden son responsables de transportar la información, ¡y lo hacen de un modo bastante interesante! Cruzan oblicuamente al lado contralateral, hacia los cordones anterior y lateral, con el tracto espinotalámico anterior, como su nombre lo indica, ubicado más anteriormente y el tracto espinotalámico lateral, ¡adivinaste!, situado más lateralmente. Así, nuevamente gracias a esta decusación, la sensación del lado izquierdo del cuerpo se procesa en la corteza somatosensitiva derecha y viceversa.
Es importante señalar que en los tractos espinotalámicos el entrecruzamiento o decusación ocurre a nivel de la médula espinal, mientras que en el sistema columna dorsal lemnisco medial ocurre en el bulbo raquídeo.
Siguiendo su trayecto, los tractos espinotalámicos ascienden a través del bulbo raquídeo, donde se localizan entre el complejo olivar inferior y el tracto espinal del nervio trigémino. Durante su recorrido en dirección superior, estos dos tractos se unen con otras vías ascendentes, como por ejemplo los tractos espinorreticulares y los tractos espino olivares, entre otros, formando en conjunto lo que se conoce como el tracto anterolateral, también llamado lemnisco espinal.
El tracto anterolateral discurre a través del puente y el mesencéfalo hasta alcanzar el núcleo ventral posterolateral del tálamo. Aquí, las neuronas de segundo orden hacen sinapsis con las de tercer orden, las cuales transmiten la información a través del brazo posterior de la cápsula interna y la corona radiata hasta alcanzar finalmente la corteza somatosensitiva en el giro postcentral.
Las sensaciones táctiles transmitidas por el tracto espinotalámico anterior generalmente llegan al núcleo ventral posterolateral, sin embargo, algunas de las fibras de dolor provenientes del tracto espinotalámico lateral pueden alcanzar la formación reticular y, desde aquí, pueden proyectarse a los núcleos intralaminares del tálamo. De esta manera, las neuronas aferentes transportan exitosamente la información sensitiva desde la periferia hacia el encéfalo, y estas vías somatosensitivas nos ayudan a percibir el mundo tanto que nos rodea como el interior de nuestro cuerpo.
¡Espero que hayas disfrutado de este interesante viaje! Y así termina este tutorial sobre las vías somatosensitivas. No te olvides de revisar nuestros artículos y unidades de estudio sobre el sistema nervioso para complementar tu aprendizaje. ¡Feliz estudio!