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Sangre (histología)

Video recomendado: Histología de la sangre [21:14]
Aspecto microscópico de la sangre.

La sangre es tejido conectivo líquido que circula a través del sistema cardiovascular. En los seres humanos adultos, hay aproximadamente 5 litros de sangre circulando por el corazón y los vasos sanguíneos. Como cualquier tejido conectivo, la composición de la sangre consiste en células y matriz extracelular. Las células sanguíneas, también llamadas elementos formes, son los eritrocitos (glóbulos rojos), leucocitos (glóbulos blancos) y los trombocitos (plaquetas). La sangre se produce en la médula ósea roja. El componente extracelular de la sangre es un líquido y conocido como plasma.

Las funciones de la sangre son muchas, pero algunas de las más importantes son:

  • El transporte y entrega de oxígeno, nutrientes, hormonas y otras sustancias humorales.
  • El transporte de dióxido de carbono (CO2) y desechos metabólicos desde las células.
  • Funciones vitales y reacciones del cuerpo tales como la coagulación, el equilibrio ácido-base y la termorregulación.

De acuerdo con su composición aproximada, la sangre se suele clasificar como oxigenada o desoxigenada.

  1. La sangre oxigenada proviene de la circulación pulmonar, fluye a través de las arterias y es rica en oxígeno y nutrientes, los cuales lleva hacia los tejidos. El oxígeno le da el color rojo claro a esta sangre.
  2. La sangre desoxigenada proviene de los tejidos, fluye a través de las venas y es rica en dióxido de carbono y desechos tisulares, los cuales lleva hacia los pulmones para ser eliminados. El dióxido de carbono le da un color rojo más oscuro a esta sangre.

Este artículo discutirá las características histológicas y funciones de la sangre.

Puntos clave sobre la sangre
Funciones Transporta gases (oxígeno, dióxido de carbono, nitrógeno), nutrientes y hormonas
Ayuda con el mantenimiento del equilibrio ácido-base
Mantiene una temperatura corporal constante
Trombogénesis y trombolisis
Eritrocitos Son células redondas y bicóncavas sin núcleo que transportan oxígeno unido a sus grupos hemo
Leucocitos Neutrófilos, eosinófilos, basófilos, linfocitos (B y T) y monocitos
Plaquetas Derivan de los megacariocitos y son responsables de la hemostasia
Correlaciones clínicas Anemia, leucemia
Contenidos
  1. Plasma
  2. Células sanguíneas
    1. Eritrocitos
    2. Leucocitos
    3. Plaquetas
  3. Funciones
    1. Mensajería y eliminación de desechos
    2. Equilibrio ácido-base
    3. Suministro de oxígeno y eliminación de dióxido de carbono
    4. Coagulación
  4. Anemia
    1. Definición
    2. Tratamiento
  5. Leucemia
    1. Definición de leucemia
    2. Tratamiento
  6. Bibliografía
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Antes de continuar con este artículo revisa nuestro video sobre la histología de la sangre:

Plasma

El plasma es una matriz líquida que consta de agua (92%), proteínas plasmáticas (7%) y otros solutos (1%; nutrientes, gases, electrolitos).

Puntos clave sobre los componentes del plasma
Agua 92% del plasma. Funciona como el soluto dentro del cual están suspendidos los demás componentes sanguíneos
Proteínas plasmáticas 7% del plasma. Involucradas en una gran variedad de funciones corporales: presión osmótica y oncótica, respuesta inmune, unión y transporte de varios nutrientes
Otros solutos 1% del plasma. Incluyen electrolitos, nutrientes, gases y desechos metabólicos

Las proteínas plasmáticas se dividen en cinco grupos principales:

  • Albúmina: constituye alrededor de 60% de las proteínas plasmáticas. Se produce en el hígado y su función principal es mantener la presión osmótica y oncótica de la sangre. En términos generales, si los niveles de albúmina disminuyen por debajo de lo necesario, el plasma tiende a salir de los vasos sanguíneos. Esto lleva a la disminución del volumen sanguíneo, que puede progresar hasta el choque hipovolémico.
  • Alfa (α) y beta (β) globulinas: producidas principalmente en el hígado. Contienen varios factores de transporte (como la transferrina, que une y transporta al hierro) y factores de la coagulación.
  • Gamma (γ) globulinas: también conocidas como anticuerpos o inmunoglobulinas. Son producidas por los linfocitos B (células plasmáticas).
  • Fibrinógeno: producido por los hepatocitos. Sufre cambios estructurales durante la coagulación, lo que permite la formación del coágulo que previene la pérdida de sangre (hemorragia) desde un vaso sanguíneo lesionado.
  • Proteínas del complemento: un grupo de proteínas que se activan en múltiples eventos inflamatorios y ayudan en la eliminación de microorganismos.
Puntos clave sobre las proteínas plasmáticas
Albúmina Mantiene el valor de la presión osmótica y oncótica de la sangre, previniendo la salida del plasma de los vasos sanguíneos
Globulinas Transportan lípidos e iones (alfa y beta), actúan como anticuerpos en la respuesta inmune (gamma)
Fibrinógeno Participa en la coagulación
Proteínas del complemento Participan en la respuesta inmune

Además de las funciones específicas descritas anteriormente, las proteínas plasmáticas actúan como amortiguadores, tampones o buffers para mantener el valor homeostático del pH sanguíneo (7.4). Estas proteínas tienen la habilidad de unirse a sustancias ácidas o alcalinas y neutralizarlas, sustancias que de lo contrario ocasionarían cambios en el pH sanguíneo. Esto hace de las proteínas plasmáticas uno de los más poderosos sistemas amortiguadores que ayudan a mantener el equilibrio ácido-base del cuerpo. Otros sistemas amortiguadores son los iones de fosfato, bicarbonato y ácido carbónico, al igual que el mecanismo complejo de filtración renal.

En tus clases de fisiología, probablemente escucharás la palabra suero, que frecuentemente es confundida con plasma. Cuando la sangre sale de los vasos sanguíneos, los factores de coagulación y el fibrinógeno reaccionan entre sí para producir el coágulo. Lo que queda del plasma después de la formación del coágulo es el suero. Básicamente esta es la definición de plasma y de suero:

  • Plasma: parte líquida de la sangre que consta de agua, proteínas y nutrientes.
  • Suero: parte del plasma sin el fibrinógeno ni los factores de coagulación.

Células sanguíneas

Las células de la sangre son los elementos formes suspendidos en el plasma. Estas son los eritrocitos, leucocitos y trombocitos. Su estructura y apariencia suelen examinarse bajo el microscopio en los frotis sanguíneos y sus conteos relativos se calculan en los análisis de sangre de rutina. La cantidad total de las células sanguíneas en los análisis de sangre se conoce como CSC o conteo sanguíneo completo.

Eritrocitos

Los eritrocitos son células redondas y bicóncavas que no tienen núcleo y están llenas de una proteína unidora de oxígeno llamada hemoglobina. Además de unir el oxígeno, la hemoglobina también puede unir el dióxido de carbono. Es por esto que la función de los eritrocitos es transportar el oxígeno hacia los tejidos, y el dióxido de carbono desde estos hacia los pulmones.

El conteo de eritrocitos normal en un individuo sano es de:

  • 5.3 x 106 en hombres.
  • 4.7 x 106 en mujeres.

Niveles más bajos de eritrocitos resultan en anemia, un estado en el cual los tejidos sufren por falta de oxígeno (hipoxia), mientras que niveles más altos ocasionan policitemia, que resulta en aumento de la viscosidad sanguínea y predisposición a desarrollar coágulos.

Existen varios parámetros además del conteo eritrocitario que se suelen medir en los análisis sanguíneos, algunos son:

  • Hematocrito (Hto): proporción de la sangre compuesta por los eritrocitos.
  • Velocidad de sedimentación globular (eritrosedimentación) (VSG): se refiere a qué tan rápido se asientan los eritrocitos en el fondo de un tubo de ensayo con una muestra de sangre. A más velocidad de sedimentación, más inflamación corporal.
  • Hemoglobina (Hb): cantidad de hemoglobina en un decilitro (dL) de sangre.
  • Volumen corpuscular medio (VCM): tamaño promedio de los eritrocitos medidos en femtolitros (fL). Un VCM bajo sugiere anemia microcítica (eritrocitos pequeños), mientras que un VCM alto es sugestivo de anemia macrocítica (eritrocitos grandes).
  • Hemoglobina corpuscular media (HCM): cantidad promedio de hemoglobina en cada eritrocito medida en picogramos (pg).
  • Concentración de hemoglobina corpuscular media (CHCM): concentración promedio de hemoglobina dentro de un solo eritrocito medida en gramos por decilitro (g/dL).
  • Ancho de distribución eritrocitario (ADE): medida del rango del volumen y tamaño de los eritrocitos.
Valores normales de análisis sanguíneos (pueden variar en cada laboratorio)
Conteo de eritrocitos 5.3 x 106 en hombres
4.7 x 106 en mujeres
Hematocrito (Hto) 42% en hombres
38% en mujeres
Hemoglobina (Hb) 13.8–17.2 g/dL en hombres
12.1–15.1 g/dL en mujeres
Volumen corpuscular medio (VCM) 87 ± 7 fL
Hemoglobina corpuscular media (HCM) 27.5–33.2 pg
Concentración de hemoglobina corpuscular media (CHCM) 33.4–35.5 g/dL
Ancho de distribución eritrocitario (ADE) 11.8–14.5% en hombres
12.2–16.1% en mujeres
Velocidad de sedimentación globular (eritrosedimentación) (VSG) 0–15 mm/hr en hombres
0–20 mm/hr en mujeres

Leucocitos

Los leucocitos (glóbulos blancos) son las células del sistema inmune que circulan en la sangre. Estas células patrullan por los vasos sanguíneos en busca de microorganismos o partículas extrañas, y se activan una vez salen de estos y entran a los tejidos que necesitan una respuesta inmune.

A diferencia de los eritrocitos, estas células tienen núcleos y ciertos gránulos citoplasmáticos. Estas características, al igual que su color y su tamaño, nos ayudan a diferenciarlos en dos grupos morfológicos y funcionales diferentes: los granulocitos y los agranulocitos.

Los granulocitos son el grupo de leucocitos que poseen gránulos en su citoplasma. Todos tienen lisosomas (en ocasiones llamados gránulos azurófilos) y gránulos específicos que nos ayudan a diferenciarlos en subtipos. De acuerdo con la tinción de los gránulos específicos, podemos dividirlos en tres grupos:

  • Granulocitos neutrófilos (neutrófilos o polimorfonucleares): tienen núcleos lobulados (3 a 5 lóbulos) y unos gránulos específicos que se tiñen de color rosado claro. Su función principal es destruir y fagocitar bacterias.
  • Granulocitos eosinófilos (eosinófilos): tienen un núcleo bilobulado y unos gránulos específicos que tiñen de rojo o rosado oscuro. Su función principal es destruir helmintos y otros parásitos.
  • Granulocitos basófilos (basófilos): tienen un núcleo bilobulado o en forma de S, y sus gránulos específicos se tiñen de color morado o azul oscuro. Su función principal es liberar histamina durante una respuesta o reacción de hipersensibilidad, así como modular los eventos inflamatorios.

Los agranulocitos tienen lisosomas (gránulos azurófilos) pero no tienen gránulos específicos. Se dividen en:

  • Linfocitos: células de la inmunidad adaptativa. Clasificados como:
    • Linfocitos B: producen anticuerpos.
    • Linfocitos T: median la producción de anticuerpos y dirigen la respuesta celular inmune.
    • Destructores naturales o linfocitos NK (Natural Killer): linfocitos primitivos que destruyen células infectadas por virus y algunos tipos de células tumorales.
  • Monocitos: células precursoras del sistema fagocítico mononuclear (macrófagos, osteoclastos, microglía).

En los análisis sanguíneos de rutina, el número de cada una de estas células puede estar elevado o disminuido. Esta información es utilizada para ayudarnos en los diagnósticos diferenciales de varias enfermedades. Por ejemplo, en las infecciones bacterianas uno espera encontrar un número elevado de neutrófilos (neutrofilia). Para poder interpretar los análisis sanguíneos, debemos conocer el recuento diferencial de leucocitos.

Puntos clave sobre el recuento diferencial de leucocitos
Neutrófilos 57–67%
Eosinófilos 1–3%
Basófilos 0–0.75%
Linfocitos 25–33%
Monocitos 3–7%

Plaquetas

Las plaquetas (trombocitos) derivan de los megacariocitos que se encuentran en la médula ósea. Su función principal es ayudar a frenar el sangrado cuando se lesiona un vaso sanguíneo mediante la formación de un coágulo.

Las plaquetas se adhieren a las paredes vasculares del vaso lesionado y reaccionan con la fibrina que se encuentran en el plasma, formando un coágulo sanguíneo firme en un tiempo aproximado de 1 a 3 minutos (tiempo de sangría). El rango fisiológico de las plaquetas es entre 150,000 y 400,000/µl.

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Funciones

Mensajería y eliminación de desechos

La sangre es el medio de transporte más importante del cuerpo. Transporta gases (oxígeno, dióxido de carbono, nitrógeno, etc), nutrientes (para el metabolismo) y productos finales del metabolismo celular. De ahí que la sangre tiene la tarea de asegurar el intercambio de sustancias. Proporciona gases y nutrientes a los tejidos y a cambio transporta los productos de desecho (dióxido de carbono, urea, ácido úrico, creatinina, entre otros) hacia los órganos responsables de eliminarlos (pulmones, hígado, riñones). Además, lleva los mensajeros químicos (hormonas) a sus órganos diana.

Equilibrio ácido-base

La homeostasis o equilibrio ácido-base es regulada en la sangre por medio de la difusión gaseosa entre los alvéolos y los pulmones (difusión alveolar). El oxígeno se difunde desde los alvéolos hacia la sangre debido al gradiente de concentración. Es recogido por una proteína de transporte, la hemoglobina (hemo=contiene hierro, globina=proteína). De forma contraria, el dióxido de carbono se difunde desde la sangre hacia los alvéolos debido a la mayor concentración sanguínea de este y luego es exhalado.

Suministro de oxígeno y eliminación de dióxido de carbono

La sangre transporta el oxígeno desde los alvéolos hasta la célula más remota del cuerpo. Debido a la mayor presión de oxígeno en el plasma (relativa a la presión en las células), este se difunde a los tejidos.

El dióxido de carbono se difunde desde las células hacia la sangre debido a la mayor presión del gas en los tejidos. Una vez en la sangre, ocurre una reacción química que crea ácido carbónico (CO2 + H2O → H2CO3), el cual se disocia a hidrogeniones (H+) y a bicarbonato (HCO3-). Es así como el dióxido de carbono, producto final del metabolismo, es transportado como ácido carbónico (o mejor dicho como hidrogeniones y bicarbonato). Una vez que llega a los pulmones, la reacción anterior se revierte y el dióxido de carbono se exhala.

En conclusión, la sangre regula la homeostasis ácido-base por medio del intercambio gaseoso. La sangre también es responsable por la homeostasis, por ejemplo, el balance de agua entre los capilares sanguíneos y los espacios intra y extracelulares. Además, también ayuda a mantener una temperatura corporal constante.

Coagulación

Los factores de coagulación se encuentran disueltos en la sangre y frenan el sangrado después de una compleja activación en forma de cascada, iniciada por la lesión de un vaso sanguíneo, lo que finalmente termina en la formación de un trombo (coágulo). Este proceso se llama trombogénesis. Por otro lado, la plasmina degrada la formación patológica de coágulos en los vasos sanguíneos mediante la degradación de la fibrina (fibrinólisis). La coagulación y la fibrinólisis influyen entre sí y mantienen un equilibrio sensible.

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Kim Bengochea Kim Bengochea, Universidad Regis, Denver
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